6/12/10

Extrañando a Venezuela

Especialmente dirigido a mis amigos:

Les escribo estas líneas porque hoy tengo demasiados sentimientos a flor de piel y quería desahogarme. Mañana, tengo que dar una presentación hablando sobre lo que yo hacía en mi país. Y al tratar de explicar lo que pasó entre 2007 y 2010 de una manera técnica, me fue imposible no recordar nuestras experiencias y pues, con una voz quebrantada, comencé a contarles a mis compañeros.

Mañana llevaré a mi presentación mi bandera de Venezuela. Y hablaré de 2007, de nuestras luchas, de nuestras lecciones. Y al final se que tomaré esa bandera, la más hermosa bandera, y mientras la apriete contra mi pecho se me aguarán los ojos.

Estoy muy muy lejos de casa viviendo una oportunidad única en la vida. La oportunidad de vivir cosas nuevas, de conocer una cultura diferente, de aprender un idioma. Pero también la oportunidad de extrañar a mi país. Y de recordar que tuve la suerte de nacer en la tierra más hermosa del mundo. Que pertenezco a la generación que llevará a Venezuela a lo más alto. Porque estar aquí me ha dado la oportunidad de recordar todos los días que decir Venezuela es más que referirse a un pedazo de tierra al norte de Suramérica. Es hablar del autobusero que se para a las 5 a trabajar para q sus muchachos echen pa’lante. Es hablar de la abuelita que les hace con amor sus arepas a los nietos para que se vayan al colegio. Es hablar del estudiante que deja su egoísmo a un lado y visita a las comunidades más necesitas, poniendo en riesgo su propia carrera. Es hablar de la mamá que llama al hijo preocupada y pidiéndole al cielo que regrese pronto. Venezuela es su gente gloriosa, tan humana, tan cercana, tan única. Me dan ganas de llorar de alegría porque se que no tengo nada que envidiarle a nadie: yo nací en el mejor país del mundo.

Sólo al estar tan lejos de casa uno entiende lo que quiso decir el autor en aquella canción…”enterrad mi huesos cerca del mar en Venezuela”. Sólo a un país tan maravilloso uno podría amarlo de la manera en la que lo amamos.

Les pido entonces, por favor, que nunca lo olviden. Que no olviden la suerte que tienen de poder levantarse cada mañana y ver el Ávila imponente en el norte. De escuchar cada cierto tiempo una guacamaya cuando van por la autopista. De poder comerse una cachapa o una arepa. De estar rodeado de la mejor gente del mundo….esas son cosas que de verdad no quieren perder.

A toda la gente con la que trabajé, directa o indirectamente, sea en VotoJoven, o en la FCE o en lo que sea que sea: gracias. Son esos recuerdos los que me hacen sentir una calidez tan profunda dentro de mi pecho en estos momentos. Cada bomba lacrimógena, cada grito de “estudiantes”, cada noche de desvelo preparando una actividad…todo valió la pena. Ustedes son mi más grande inspiración, los admiro y los quiero con toda el alma. Espero muy pronto volver a tener el privilegio de construir un país junto a ustedes.

Un abrazo.
Celio.

1 comentario:

Unknown dijo...

Qué mariquito! Jajajaja!!! No podría estar mas de acuerdo y en desacuerdo al mismo tiempo con lo que dices! Un abrazo, moro! TQM!!!